CATÓLICOS ALERTA

Defendiendo nuestra fe

LA MASONERÍA EN INGLATERRA
Y SUS FILIALES EN EL MUNDO
[*]


   Establecida en Londres el 24 de junio de 1717, la Gran Logia de Inglaterra, se inscribieron en ella muchos miembros de la nobleza; Felipe, duque de Wharton, célebre por sus borracheras, su impiedad y libertinaje, fue elegido Gran Maestre en 1722. Bajo sus auspicios actuarían el pastor Anderson y Désaguliers [1].

   En 1723 eran veinticinco las logias fundadas; en 1725 ya llegaban a cincuenta, y en 1737 el Príncipe de Gales pertenecía a la nueva Orden. La Gran Logia de Inglaterra creó sus filiales en Irlanda, Escocia, Francia, España, Portugal, Bélgica, Alemania, Holanda, Suiza, Dinamarca, Suecia, Rusia, Polonia, Italia, Estados Unidos, India y África.

   La Cámara de los Comunes (el Nuevo Sanedrín), le otorgó reconocimiento Masoneria en Inglaterraoficial; no así la de los Lores que, en 1771, no accedió a su solicitud, basándose cabalmente en su doctrina. La indiferencia religiosa que promovía, indujo  a fundadas sospechas que produjeron el cisma masónico consumado en 1753, cuando se estableció la Gran Logia de los Antiguos Masones -que pretendieron ser los continuadores de las antiguas corporaciones-; y la Gran Logia de los Modernos Masones que, para no perder adeptos, fueron haciendo concesiones sucesivas hasta llegar, en 1813, a un acuerdo completo entre ambas, constituyéndose la Gran Logia Unida de Inglaterra integrada por 650 logias. Desde tal fecha se convirtió en el arma secreta más peligrosa y eficaz del imperialismo anglo-judío.

   Los llamados antiguos masones, al ser aceptados por los modernos, dieron su nombre a la comunidad masónica de los actuales  antiguos y aceptados masones.

   Durante la presidencia del judío Disraeli, en el Consejo de Ministros de Inglaterra, quedó establecida la simbiosis de la plutocracia internacional anglo-judía.

   Los judíos eran particularmente poderosos en Inglaterra —escribió el gran historiador inglés Hilaire Belloc [2] - y se sirvieron de la  masonería que habían instituido para establecer una especie de puente entre  ellos y los ingleses que les brindaban hospitalidad.

   Actualmente las tres Grandes Logias de Inglaterra, Escocia e Irlanda, tienen por protector al soberano, e ilustres personajes figuran en ellas.

   La masonería es, en la Inglaterra de hoy en día,  como la Tercera Orden de la Iglesia Anglicana  y como la columna vertebral del Imperio Británico.

   Tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos es de práctica Trumanantigua que los gobernantes, los funcionarios públicos, los altos jefes de las fuerzas armadas y gran número de pastores y obispos protestantes pertenezcan a la masonería. Durante la época de la independencia las logias fueron preferentemente políticas, y sus miembros, militares. Masones fueron una buena parte de los presidentes de Norteamérica. Últimamente lo fueron Teodoro y Franklin Delano Roosevelt, Truman, Grado 33º, —que fue Gran Maestre de la Gran Logia de Mísuri y cuyo verdadero nombre es Harry Salomón Sohipp—, aparece con todas sus insignias masónicas en un retrato a todo color publicado por la revista Life del 28 de marzo de 1949; y la señora del Presidente Rooveselt -que fue masona activísima-, fue la que patrocinaba el grupo de los sectarios anticatólicos de Estados Unidos [3]. De los 50 gobernadores de los Estados Unidos  en aquellos tiempos, 40 eran  masones, y de los 96 senadores, 58 pertenecían a la secta. De los ocho miembros de la Suprema Corte, siete eran masones, con su presidente Earl Warren (el que presidió la comisión que investigó la muerte del ex marxista y masón conspicuo John F. Kennedy), que fue gobernador de California y Gran Maestre de su Gran Logia.
__________________________________________________

  • [*]Tomado de "La Masonería en la Argentina y en el Mundo", de Anibal Rottjer -Ed. Nuevo Orden, Buenos Aires, 4ª edición, 1973.
  • [1]     Roberto Gould, History of  Freemasonery, pág. 203, Ed.  Años 1886 y 1887. Tres volúmenes.
  • [2]   Hilaire Belloc, The Jews, pág. 21.
  • [3]   J. Boor,  Masonería, pág.  74, Madrid, 1952. Véase también: Fray Justo Pacífico, Masonería, Comunismo y Bomba Atómica, pág. 10, Buenos Aires 1950.