CATÓLICOS ALERTA

Defendiendo nuestra fe

JUAN XXIII, PROJUDIO *


Fedrrico Rivanera Carlés

Angelo Roncalli

Cuando era seminarista se interesó más de lo habitual por el idioma hebreo, que era facultativo, y su examen fue premiado [1]. Los hechos pusieron de manifiesto que lo hizo por inclinación hacia "el pueblo elegido" y no para combatirlo.

Las relaciones de Roncalli con dirigentes judíos, son bien conocidas [2]. En el transcurso del último conflicto mundial, "mantuvo estrecho contacto con líderes sionistas de Palestina e intervino ante diversas personas expresando que consideraba justo que los judíos retornasen y se independizasen en su terruño ancestral" [3] . (Vale decir, apoyó el despojo de Palestina a los árabes) Así también participó activamente en impedir la deportación y traslado de muchos judíos a campos de concentración, donde se los recluía no para una inexistente "solución final" sino por ser enemigos del Estado alemán y sus aliados. En enero de 1943 "concertó un plan estratégico con la Jewish Agency de Jerusalén, e hizo otro tanto en el mes de mayo con Marcus, Gran Rabino de Estambul [4].Así también hallábase en relación permanente con Chai Barlas, delegado de la Jewish  [5]."Los diri­gentes de las organizaciones judías se dirigían a la delegación apostólica presidida por Roncalli: éste estaba en constante contacto con el gran rabino de Palestina, Isaac Herzog [6], quien fue a agradecerle personalmente y le regaló Antiquitates Judaicae de Flavio Josefo. Herzog "vio con asombro que el delegado apostólico le devolvía la visita, el día después, el 24 de febrero de 1944" [7]. También el 20-XII-1944 fue a ver a Roncalli el rabino Mosé Giuseppe Duff [8]. El nuncio en Estambul no reparó en bautizar a 24.000 israelitas húngaros con el propósito de evitar los campos de concentración alemanes [9]. Esta sacrilega utilización del sacramento, reiterada tantas veces, hizo incurrir al nuncio en fulminante excomunión íatae sententiae.

Durante su estancia en Estambul, Roncalli iba a Terapya, a la sede de la Orden de Nuestra Señora de Sión, "donde el delegado pasaba de buena gana sus oraciones de descanso y oración" [10]. Esta congregación judaizante ha tenido un destacadísimo papel antes y después del Vaticano II (v. caps. 35, B, 40, 43, anejo et passim).

En la audiencia de 13-V1-1960 que concedió a Jules Isaac, Juan XXlll le dijo que "los cristianos y los judíos son verdaderamente hermanos en la /e"[11]. O sea que los cristianos son hermanos de los matadores de Cristo, quienes les profesan un odio inextinguible, los explotan y buscan su ruina y servidumbre. Tal insólita definición la ratificó de modo singular en oportunidad de recibir, al comienzo de su pontificado, a ciento treinta dirigentes de las colectividades judías del mundo-, descendió del trono y con los brazos extendidos repitió la exclamación antiguotestamentaria "¡Yo soy José vuestro hermano!" (Gen 45, 4)[12]. Cabe destacar, asimismo, lo ocurrido el 17-111-196: cuando hizo detener el automóvil que lo transportaba frente a la sinagoga de Roma e impartió su bendición a los hebreos que salían de allí. El Gran Rabino Elio Toaff, muy amigo de Juan Pablo II (v. infra presenció el hecho y señala asombrado que "era en realidad la primera vez en la historia que un papa bendecía a los hebreos" [13]. Pero los hechos más sobresalientes de su llamativo projudaísmo fueron la supresión de la antigua oración Pro perfidis Iudaeis y de la fórmula contra la perfidia judaica en el bautismo de adultos, la presencia de una delegación del Estado israelí en la apertura del Vaticano II y el consiguiente alzamiento de la bandera del judaismo en la Santa Sede, su amistad con Jules Isaac, que tanto incidió en la funesta y heterodoxa Nostra Aetate (v. cap. 34, A), y la extraña plegaria sobre los judíos pronunciada poco antes de su muerte:

"Hoy somos conscientes de que, en el curso de muchos, mucho siglos, nuestros ojos estaban ciegos, que no éramos capaces de ver toda la belleza de Tu pueblo elegido, ni de reconocer en el rostro los rasgos de nuestros hermanos privilegiados. Comprendemoi que la marca de Caín está escrita en nuestras frentes. Er el curso de los siglos nuestro hermano Abel yace ensangrentado y en lágrimas por nuestra culpa, pues habíamos olvidado Tu amor Perdónanos por la maldición que hemos atribuido injustamente a su nombre de hebreos. Perdónanos por haberte crucificadc una segunda vez en ellos, en su carne, por ser ignorantes" [14].

La actuación de Juan XXIII a favor de los judíos en el transcursc de la Segunda Guerra Mundial, es parte de los elementos presentados en su proceso de santificación [15]. Servir al judaismo y valerse para ello incluso de repetidos bautismos sacrilegos, es digno de los altares en la Iglesia Postconciliar neojudía.

La noche en que murió Roncalli, "el gran rabino de Roma y otros líderes de la comunidad judía se congregaron para llorar su muerte"[16]. Este hombre funesto para la Iglesia Romana y los cristianos, para ellos si que ha sido "Juan el Bueno".

ÍNDICE DE RONCALI-JUAN XXIII

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[*] Tomado de "La Judaización del Cristianismo y la Ruina de la Civilización", Vol. III, pag. 137, de Federico Rivanera Carlés, que recomendamos vivamente.
[1] Zizola, op. cit. p 370.
[2] Ej., Vol. 13, 857 y 860.
[3] Marcos Aguinis, El legado de Juan XXIII, La Nación, p. 17, Buenos Aires, 26- XI- 2001.
[4] Zizola, ob. cit., p. 114. 5Ib.,p. 116.
[5] Ib., p. 116.
[6] Por error, presuntamente tipográfico, Zizola señala que el nombre del Gran Rabino era Hergoz.
[7] Zizola, ob. cit.. p. 116.
[8] ib., p. 118.
[9] Alicia Dujovne Ortiz, E¡ papa bueno, Eva Perón y los judíos, La Nación, p. 25, Buenos Aires, 30- VIII-20003; Aguinis, ib.
[10] Zizola. ob. cit., p. 83.
[11] Sor Esperanza de Sión, Juan XXIII y ios judíos, El Olivo, año VIH, n° 19, p 42, Madrid, enero-junio de 1984.
[12] Ib., p. 45; Aguinis, ib. Éste manifiesta que cuando Roncalli pronunció esas oalabras las lágrimas corrían por sus mejillas {ib.).
[13] E. Toaff, Perfidi giudei-fratelli maggiori, pp. 219-220, Milán, 1987, apua Alberigo (dir.), ob. cit., vol. I, p. 419.
[14] Nissim Elnecavé, El diálogo judeo-cristiano. ¿Para qué y cómo?, 1.1, p. 5, ed. Candelabro, Buenos Aires, 1974. La última parte ha sido transcripta de otra fuente Dor Víctor Fernández con una pequeña variación, al parecer más fiel al original: Perdónanos por haberte crucificado una segunda vez en la carne de ellos, porque no sabíamos lo que hacíamos" (cf. Sources vives, n° 72, p. 117, París, 1997, apud Víctor Fernández, El cristiano ante el magisterio del judaismo, El Olivo, año :<XV, n° 53, p. 104, Madrid, enero-junio de 12001).
. [15] Zizola, ob. cit., p. 114.